Las cosas del amor y el desamor de toda la vida han tenido mucho tirón entre el público y no solo en nuestro siglo XXI de listas de Spotify con biffs de Shakira, aplicaciones para ligar y programas de citas a ciegas. Quién le iba a decir a Ibn Hazm, filósofo de renombre y reconocido escritor de súper tochos sobre ciencia religiosa del siglo XI que su libro más vendido iba a ser un pequeño tratado sobre el amor y los amantes que escribió en Xàtiva para olvidar la tristeza que le causaba haber abandonado Córdoba, sometida al radicalismo religioso de los almorávides. El collar de la paloma es como una guía para entender cómo se amaba en Al Andalus alrededor al año 1000 de nuestra era y lo más fuerte de todo es que muchas de las historias, personajes y situaciones que describe se dan tal cual hoy día. Ibn Hazm describe el amor como un magnetismo entre dos medias naranjas (esferas, las llama él), habla de las miradas furtivas y de la risa tonta de los enamorados, cita el insomnio y la falta de hambre de aquél que no tiene a su amor cerca y describe con todo lujo de detalles cómo los amantes se encierran en su relación y se olvidan de amigos y familia. También habla el andalusí de lo importante que es tener un buen amigo o amiga como mensajero para garantizar las primeras comunicaciones con la persona amada y del mal que causan los espías,los envidiosos y los calumniadores. Ibn Hazm sería considerado hoy día muy machista en cuanto a su valoración de los hombres y las mujeres (para él los señores ganan por goleada en virtudes a las señoras) pero cuando escribe sobre el amor, iguala ambos sexos: para él, hombres y mujeres son igual de coquetos y chismosos y reaccionan de maneras muy semejantes cuando sus enamorados andan cerca (o lejos). Aparecen en El collar de la paloma las distintas maneras de aparecer el amor: el flechazo, la admiración por una cualidad - fisica o de carácter- , el amor surgido del trato continuado (el roce hace el cariño, que decimos ahora) , e incluso el amor de oídas o el surgido de un sueño. También trata Ibn Hazm, como la Jurado o C Tangana, de cuando muere el amor, de qué sensaciones experimentan los amantes despechados, celosos o abandonados y de la desesperación del que ama y es engañado. Para Ibn Hazm el amor es un accidente, un suceso que empieza de una manera inevitable y puede llegar a ser sublime, por lo cual no hay nada en él que sea ilícito. De los tipos de amor comenta además que, aunque el amor a Dios o a la familia sean muy elevados, el amor irresistible entre dos almas afines es superior a todos los demás. Por si esto fuera poco el escritor andalusí comenta que el amor mejora a las personas: hace hábil a la persona torpe, los cobardes se vuelven valientes y los tacaños, generosos. ¿Quién puede, pues, negarse al amor? Emilio Martín Estudillo
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De Mauritania al Yemen existe un personaje de cuento presente en todas las tradiciones árabes: Yuha. Su fama es tan grande y su historia tan larga, que muchas culturas lo han recogido en su tradición: turcos, judíos sefardíes, armenios y afganos, eslavos y nubios… en todas estas tradiciones aparece esta figura ya sea bajo el nombre de Yuha o bien con otras denominaciones como Yohá, Yauha, Goha, Anastratin Joha, Mulá Nasrudín, Nasredín, Nuh, Duyayn, Moha… y así hasta más de cuarenta variantes.
Pero ¿quién es Yuha? El personaje de Yuha es un hombre, a veces joven, otras anciano, que dependiendo del cuento donde aparece es pintado bien como un ignorante del que todos se burlan, bien como un sabio al que llegan a nombrar cadí por su agilidad impartiendo justicia. En unas narraciones aparece como un pícaro que va exclusivamente a la suya y en otras fábulas encarna a una persona ingenua y piadosa. En casi todos los casos, los relatos de Yuha cuentan con un punto de humor y presentan las numerosas contradicciones y paradojas de la vida cotidiana. Las historias de Yuha acostumbran a ser breves y encierran una pequeña enseñanza o advertencia. Muchas de las narraciones suelen comenzar con un sencillo “Un día le preguntaron a Yuha…” y finalizan con la ingeniosa (o absurda) respuesta que Yuha proporciona. En otros cuentos, Yuha vive una situación peligrosa o embarazosa (ya sea que entran ladrones a su vivienda o que le hacen una entrevista de trabajo) que se resuelve normalmente con una muestra del ingenio de nuestro protagonista. Durante décadas, muchos eruditos han investigado si la figura de Yuha retrata un personaje histórico real. La teoría más comúnmente aceptada sitúa la aparición del personaje en el Iraq del siglo VIII, bajo el reinado del segundo califa abasí Abú Ya’afar al-Mansur. Yuha habría nacido en la ciudad de Kufa y su nombre original sería Abú-l-Gusn Nuh Al-Fazari. Las peripecias reales, ficticias o aumentadas de este personaje histórico se fusionarían más tarde con otras que se narraban de un turco llamado Nasr ad-Din Juya, del que se tienen noticias a partir del siglo XIII. A lo largo de los siglos siguientes, varias recopilaciones de anécdotas del personaje van fijando su leyenda y dibujando al Yuha que protagoniza hasta el día de hoy decenas de cuentos. Emilio Martín Estudillo Poeta, periodista, traductora, ensayista y gestora cultural, May Ziyada ha sido reivindicada en los últimos años como una de las figuras más importantes de la cultura árabe del siglo XX. Junto a Malak Hifni Nasif, Huda As-Sha’arawi y Nabawiyya Musa, May fue una de las precursoras del efervescente movimiento feminista árabe de principios del siglo pasado.
May, de madre siria y padre libanés, nació en Nazaret en 1886 y recibió una amplia educación primero en Palestina y posteriormente en el Líbano y Egipto, en la que destacó en el estudio de las lenguas extranjeras y la literatura. A los veinticuatro años era bilingüe en francés y árabe y dominaba el inglés, el italiano, el español, el alemán, el griego moderno y el latín. Sus conocimientos de idiomas y de la cultura asociada a los mismos la convirtieron en traductora al árabe de multitud de autores europeos, a la vez que producía su propia obra poética y ensayística. Si May brillaba por si sola en su trabajo académico o literario, donde se convirtió en un auténtico referente de su época fue creando y dinamizando un seminario político-literario que se celebraba todos los martes en su casa de El Cairo. De 1913 a 1933, todos los influencers de aquellas décadas debatieron y discutieron en el salón de la casa familiar de May; fruto de aquella actividad fue el inicio de una fructífera correspondencia que la autora palestina mantuvo con algunos de los personajes más importantes de la época, entre los que destacaba la luchadora por los derechos de la mujer Malak Hifni Nasif. La breve vida de Malak (murió a los 32 años durante la pandemia de la gripe española) fue intensa y fructífera. Con 18 años se convirtió en la primera mujer egipcia en obtener el título de Magisterio, aunque tuvo que abandonar prematuramente su profesión de maestra al casarse tres años después, ya que las mujeres casadas no podían ejercer el magisterio en el Egipto de la época. Por si esto fuera poco, Malak descubrió que su nuevo marido practicaba la poligamia y que ya tenía una mujer y un hijo en el oasis de Fayún. Esta situación provocó una progresiva toma de conciencia por parte de Malak, que no tardó en convertirse en una asidua colaboradora de diarios y revistas, en los que denunciaba, bajo el seudónimo de Báhiza Al-Badiya (La investigadora del Desierto) la precaria situación de las mujeres egipcias y los problemas de la ocupación británica en el país del Nilo. En esta actividad reivindicativa es donde May Ziyada y Malak Hifni Nasif se encuentran. Pese a la mirada más apegada al Islam de Malak y la orientación laica de Ziyada, ambas intelectuales coinciden a lo largo de su correspondencia en su análisis sobre la opresión que sufren las mujeres egipcias. Ambas reivindican la necesidad de introducir a la mujer en la educación (Malak creará el Sindicato por la Educación de las Mujeres), en reformar la legislación en los aspectos de la herencia y el matrimonio, y en tomar urgentes medidas para crear servicios sanitarios específicos para mujeres y niños. Es en este último aspecto donde Malak lleva su compromiso un paso más allá, al fundar una Escuela de Enfermería para mujeres en El Cairo y establecer un servicio de atención médica para urgencias en su propio domicilio. La muerte prematura de Malak en 1918 no eclipsó su influencia, ni en May Ziyada ni el emergente movimiento feminista egipcio. Así, dos años después su desaparición, May escribió La investigadora del Desierto, un ensayo sobre los escritos e ideas de la activista egipcia. Y en el año 1925 un encuentro en honor de Malak al que acudieron gobernantes, políticos e intelectuales, sirvió de altavoz a Huda As-Sha’arawi,para reivindicar las principales demandas de la recién creada Unión Feminista Egipcia: Igualdad de hombres y mujeres en la educación, Reforma de la Ley de la Familia y Obtención de los derechos políticos para las mujeres. El acto finalizó con un discurso de May en el que reivindicaba las ideas de su vieja amiga. Emilio Martín Estudillo |
AutorEquipo de Árabe al día Archivos
Diciembre 2023
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