Apenas diez kilómetros separan la costa de Izmir en Turquía de las orillas de la isla griega de Lesbos. En 2015, en plena guerra civil siria, atravesar esa pequeña distancia marítima en una lancha de goma cargada de personas desesperadas llegó a costar hasta 1500 euros por pasaje. Al menos esa cantidad fue la que pagó cada hermana Mardini: Yusra y Sara. Estas dos adolescentes sirias se habían convertido en refugiadas que intentaban llegar a territorio europeo huyendo de la devastación de la guerra, en cuyo transcurso perdieron familiares y amigos, su padre sufrió torturas y su casa en Damasco quedó saqueada y destruida.
A los pocos minutos de dejar atrás las playas turcas, aquella tarde de verano de 2015, la lancha comenzó a llenarse de agua al tiempo que el motor fueraborda dejaba de funcionar. Los veinte refugiados que se amontonaban en la embarcación -entre los que había un bebé y dos niños- quedaron a merced de las olas. Yusra, Sara y uno de los hombres que viajaba en aquella barca se lanzaron al agua para descargarla de peso excesivo e intentar impulsarla a nado. Las dos hermanas Mardini -la mayor, Yusra, acababa de cumplir 17 años- confiaban en su entrenamiento como nadadoras de competición para poder empujar la lancha hasta la isla de Lesbos. Tras tres horas nadando en mitad de la noche, el agarrotamiento y el frío fueron haciendo mella en las nadadoras sirias, para las que la resurrección repentina del motor de la lancha supuso un auténtico milagro. Sin embargo, la llegada a Lesbos, lejos de suponer un alivio, fue el comienzo de una odisea de 25 días durante los cuales atravesaron una Europa que miraba con abierta hostilidad la llegada de los miles de sirios que huían de la guerra. Las Mardini tuvieron que gastar todos los ahorros de la familia para llegar, finalmente, hasta un campo de refugiados situado al oeste de Berlín. La casualidad quiso que supieran de la existencia de un programa de natación muy popular cercano al campo donde se alojaban. Tras conocer el currículo de las dos deportistas, los responsables del programa las invitaron a utilizar sus instalaciones. Con el paso de los meses Sara tuvo que abandonar los entrenamientos por una lesión en los hombros pero Yusra siguió en el programa dispuesta a competir en las Olimpiadas de Tokyo 2020. Paralelamente, desde el Comité Olímpico Internacional se aprobó crear un Equipo de Refugiados para acoger aquellos deportistas que no podían competir de una manera convencional en las Olimpiadas de Río 2016. Aquella decisión del COI puso bajo los focos la figura y la historia de Yusra y su familia. La terrible experiencia de la nadadora y la naturalidad con la que la joven atendía a los medios de comunicación hizo que rápidamente se convirtiera en ejemplo de superación y en símbolo de lo que significa vivir bajo el status de refugiada. Poco más de un lustro después de salir de Siria, Yusra se ha entrevistado como embajadora de ACNUR con numerosas personalidades sociales y políticas, ha publicado un libro sobre su experiencia y sigue entrenando para competir en Tokyo 2021, tras el aplazamiento de las olimpiadas debido a la pandemia del COVID. En la actualidad, la directora Sally El-Hosaini, premiada en el Festival de Sundance, está trabajando en el rodaje de un biopic sobre Yusra, respaldada por la productora Working Title. * * * En árabe, la palabra natación viene de la raíz سبح, que significa nadar, oscilar o extenderse. Así, "nadadora" sería سبّاحة ("sab-baha"). Si quieres conocer cómo se dicen en árabe otras disciplinas deportivas, explora nuestra Tema sobre Deportes. Emilio Martín Estudillo
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El nombre del joven Issam Alnajjar está asociado a cifras astronómicas. Su tema Hadal Ahbek (una canción romántica cuyo título en español sería Siempre te amaré) ha sido visitado en YouTube en más de 23 millones de ocasiones, y ha recibido más de un millón de likes. En Instagram, Alnajjar cuenta con 154.000 seguidores y en TikTok su composición ha sido buscada 310 millones de veces. Según algunas fuentes sería la primera canción en árabe en convertirse en fenómeno viral mundial.
Poco se sabe de Alnajjar, más allá de que parece estar a punto de cumplir los 18 años y que vive en Amman (Jordania). Sólo se conoce otro tema del joven jordano: una canción en inglés titulada One of a Kind que Alnajjar subió a YouTube en junio del año pasado. Después del extraordinario éxito de Hadal Ahbek, el cantante ha anunciado más novedades para esta misma primavera. ¡Estaremos atentos a las noticias que lleguen desde Amman! Hasta entonces, os invitamos a descubrir la traducción de esta canción y mucha más música árabe contemporánea en la selección de Árabe al día. Emilio Martín Estudillo |
AutorEquipo de Árabe al día Archivos
Diciembre 2023
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