De la India a Marruecos no es raro ver mujeres y hombres con las extremidades tatuadas con intrincados dibujos de carácter temporal o bien con el cabello o la barba teñidos con un característico tono rojizo. Nos encontramos ante el uso popular y muy extendido de un tinte denominado henna, que se obtiene de los frutos desecados de la alheña (Lawsonia inermis), una planta cultivada en buena parte de África y Asia y que se ha venido utilizando en pinturas rituales desde hace milenios. El uso de la henna se ha mantenido arraigado en la tradiciones de los pueblos del mundo árabe y ha trascendido las generaciones, convirtiéndose en una parte integral de muchas celebraciones y rituales en los países árabes. Las mujeres del mundo árabe suelen aplicar la henna en ocasiones especiales, como bodas, festivales religiosos y celebraciones familiares. El diseño de la henna varía según la región y la ocasión, pero generalmente incluye intrincados patrones geométricos y florales. Cada símbolo y detalle tiene un significado especial, transmitiendo mensajes de amor, fertilidad, prosperidad y protección contra el mal de ojo. En muchos países árabes, la aplicación de la henna se considera una parte esencial de la preparación de una novia para su boda. Antes del matrimonio, la novia y sus amigas se reúnen en una ceremonia conocida como "Noche de Henna". Durante esta ocasión, las mujeres decoran las manos y los pies de la novia con diseños intrincados de este tinte vegetal que representan la belleza y la prosperidad. Además de la novia, las mujeres invitadas también pueden optar por aplicarse henna en sus manos durante la ceremonia. Además de en las bodas, la henna también se utiliza en otras festividades, como el Eid al-Fitr y el Eid al-Adha, que son importantes celebraciones del calendario musulmán. Durante estos días, las mujeres y niñas suelen decorar sus manos con diseños de henna como parte de la celebración, siendo el momento de su aplicación una oportunidad de encuentro intergeneracional entre mujeres de la familia. Además de su importancia en los eventos sociales, la henna también tiene propiedades medicinales y se considera beneficiosa para la salud, especialmente para el cabello y la piel, dadas sus propiedades antifúngicas y su capacidad para repeler insectos y parásitos. También se ha utilizado como parte del proceso de curtido del cuero y sus flores son un ingrediente habitual de la perfumería tradicional. Autor: Emilio Martín Estudillo
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Cuenta la leyenda que durante la ocupación portuguesa del norte de África, allá por el siglo XVI, existió una bella mujer llamada Aisha que combatió contra los soldados portugueses. Algunas versiones de la historia afirman que Aisha era de Safi, otras narraciones la ubican en El Jadida, pero todas coinciden en señalar que el valor de Aisha alentó la resistencia africana contra el invasor. Como castigo, las tropas portuguesas masacraron a la familia de Aisha y la joven enloqueció de dolor, vagando desde entonces cada por los caminos como un espíritu atormentado que asesina o hace perder la razón a los hombres que viajan solos durante la noche. Esta leyenda es solo uno de los muchos relatos que giran en torno a la terrorífica figura de Lalla Aisha, también conocida como Aisha Kandisha o Aisha Mulat el- Maryya (Aisha de los pantanos), probablemente el personaje más poderoso del mundo sobrenatural marroquí. Lalla Aísha habitualmente es representada como una bella mujer con patas de cabra o camella que siempre aparece en lugares cercanos al agua -ya sean ríos, marismas, pozos o playas- de donde parece obtener su poder. Las apariciones de Lalla Aisha son muy frecuentes y, según se cuenta, son la causa de la desaparición o enloquecimiento de muchos hombres. Para protegerse del ataque de Lalla Aísha se recomienda llevar algún objeto con filo o bien tatuarse con henna un diamante, un puñal o una figura geométrica. El terror hacia este misterioso personaje está tan extendido que las madres marroquíes nombran a Aisha Kandisha cuando los niños no quieren acabarse la cena o se niegan a irse a dormir, de la misma manera que en otros lugares del mundo se acude al Hombre del Saco o a La Llorona para aterrorizar a los más pequeños. Sin embargo, como tantos personajes de la cultura popular, Aisha Kandhisa posee una vertiente sagrada y benévola que convive en paralelo con su faceta maligna. Así, Aisha formaría parte de los yunnun (“genios”) típicos de la cultura árabe y muy presentes en la zona del Magreb, donde muchos de ellos cuentan con morabitos y otros lugares de culto y peregrinación a los que la gente acude para encontrar marido o esposa, pedir por la curación de un familiar, resolver un conflicto, etcétera. El carácter sagrado de Aisha Kandisha es puesto de relieve por sus sobrenombres: el título “Lalla” denota en Marruecos nobleza, poder y santidad. La palabra “kandhisa”, por su parte podría venir de la palabra portuguesa Condessa (condesa) o bien de la hebrea de origen cananeo “qadhesa” (santa o sagrada); algunos estudios vinculan a Lalla Aisha con la diosa Astarté - divinidad ambivalente que a la vez representaba tanto el amor y la fertilidad como la guerra y los placeres carnales- que a su vez es el origen de la diosa cartaginesa Tanit, que fue adorada en Mediterráneo occidental hasta el siglo II de nuestra era. Aisha Kandhisa, pues, con todo su poder terrorífico y sanador, bien podría ser el rescoldo popular del culto a las sofisticadas diosas de la Antigüedad, cuya fuerza y conexión con la naturaleza han pervivido hasta nuestros días sobreviviendo a la expansión de las deidades grecorromanas, el Cristianismo y el Islam. Emilio Martín Estudillo Egipto. Nadeen Ashraf La noche del 1 de junio de 2020 Nadeen Ashraf dijo basta. Decidió usar las redes sociales para destapar a un veinteañero de familia rica que había asaltado sexualmente a decenas de jóvenes y niñas en el campus de la Universidad Americana de El Cairo. La posición social de los padres del acosador y las amenazas que el joven hacía llegar a sus víctimas a través del móvil le habían servido para protegerse de posibles represalias. Nadeen Ashraf, harta de ver la impunidad con la que el acosador se movía por el campus abrió una cuenta en Instagram denominada @assaultpolice para animar a las víctimas del acoso a denunciar las agresiones sufridas. En menos de un mes, noventa testimonios dieron cuenta de los delitos del veinteañero y poco tiempo después, 50 jóvenes le denunciaron a la policía, provocando una auténtica conmoción a nivel nacional. Ashraf ha conseguido decenas de miles de seguidores y está utilizando la influencia obtenida por su acción para combatir los delitos de acoso sexual contra las mujeres. Siria. Waad Al-Kateab Si bien la guerra en Siria ha generado decenas de miles de víctimas femeninas, no por ello se ha acallado la voz de las mujeres. Una de las denuncias más potentes y estremecedoras del conflicto en el país asiático es el documental “Para Sama”, de la periodista y cineasta Waad Al-Kateab . Su película recoge la vivencia de su propia familia en Alepo, durante la época más intensa del asedio al que el régimen de Basher Al-Asad y la aviación rusa sometieron a la ciudad. El film fue premiado en 2019 en el Festival de Cannes, fue nominado para los Óscar y es considerado por muchos críticos como un punto y aparte en el género documental. En la actualidad, Waad (que utiliza este nombre como pseudónimo para proteger a su familia en Siria) vive en el Reino Unido donde coordina una campaña para arrojar luz sobre los crímenes de guerra en Siria y perseguir penalmente a sus promotores. https://www.actionforsama.com/ Somalia. Ilwad Elman Ilwad Elman se ha convertido en los últimos años en una de las personalidades más influyentes del continente africano, Junto a su madre, Fartuun Adan, regresó a Somalia desde Canadá después de años de exilio para fundar un centro de atención a supervivientes de violencia sexual y de género; el centro, denominado Sister Somalia, ha ayudado a miles de mujeres que han podido recibir ayuda médica de emergencia y acceso a programas de recuperación social y psicológica. Sister Somalia es sólo uno de los muchos proyectos del Centro Elman para la Paz. Ilwad y su equipo han puesto en marcha programas pioneros para la rehabilitación de niños soldados y adultos desertores de las diferentes facciones armadas que operan en el país africano. También realizan informes periódicos de la situación de los derechos humanos en Somalia y desarrollan un programa específico para la formación de niñas adolescentes. http://elmanpeace.org/ilwad-elman/ Marruecos. Colectivo 490 La escritora Leila Slimani y la realizadora Sonia Terrab lideran el Colectivo 490-Fuera de la Ley. Este colectivo, galardonado en 2020 con el Premio Simone de Beauvoir para la Libertad de las Mujeres, ha aglutinado las reivindicaciones de miles de mujeres y hombres marroquíes que demandan la derogación de las leyes que restringen derechos básicos en el país norteafricano; así, el Colectivo 490 lanzó en 2019 una campaña de recogida de firmas y se ha reunido con diferentes autoridades políticas para despenalizar la homosexualidad y el aborto y acabar con la persecución judicial de las relaciones fuera del matrimonio. https://www.moroccanoutlaws.com/ Haifa. Rafah Anabtawi En la ciudad israelí de Haifa tiene su sede la asociación Kayan (literalmente “Existencia”), dirigida por la abogada Rafah Anabtawi. El trabajo de Kayan pretende, por un lado, empoderar a las mujeres árabes palestinas, proporcionándoles herramientas y apoyo para evitar la discriminación por cuestión de género tanto en el ámbito familiar como en el laboral. Por otro lado, Anabtawi y su equipo legal representan a mujeres palestinas en situaciones de desprotección y limitación de sus derechos. En los últimos dos años, las limitaciones impuestas por la pandemia del COVID han exarcebado la violencia contra las mujeres en todo el mundo. En Israel, las mujeres árabes que se atreven a denunciar situaciones de violencia se encuentran con una activa discriminación por parte de la policía israelí, que en muchas ocasiones delata a la mujer denunciante a su propia familia, dado que las autoridades consideran estos actos de acoso contra la mujer como “un asunto entre árabes”. En este sentido, Kayan ha forjado alianzas con organizaciones feministas tanto de Israel como de Cisjordania y Gaza para romper el silencio y la complicidad social en torno a la violencia machista. https://www.kayanfeminist.org/ Si bien la situación de los derechos de la mujer y las niñas en el mundo árabe es desoladora en muchas regiones, la lucha feminista conforma, por otro lado, un movimiento muy activo, protagonizado por un gran número de organizaciones y con múltiples estrategias de acción. Collage sobre fotos de Omar Allam, Waad al Kateab, Ilwad Elman Emilio Martín Estudillo Poeta, periodista, traductora, ensayista y gestora cultural, May Ziyada ha sido reivindicada en los últimos años como una de las figuras más importantes de la cultura árabe del siglo XX. Junto a Malak Hifni Nasif, Huda As-Sha’arawi y Nabawiyya Musa, May fue una de las precursoras del efervescente movimiento feminista árabe de principios del siglo pasado.
May, de madre siria y padre libanés, nació en Nazaret en 1886 y recibió una amplia educación primero en Palestina y posteriormente en el Líbano y Egipto, en la que destacó en el estudio de las lenguas extranjeras y la literatura. A los veinticuatro años era bilingüe en francés y árabe y dominaba el inglés, el italiano, el español, el alemán, el griego moderno y el latín. Sus conocimientos de idiomas y de la cultura asociada a los mismos la convirtieron en traductora al árabe de multitud de autores europeos, a la vez que producía su propia obra poética y ensayística. Si May brillaba por si sola en su trabajo académico o literario, donde se convirtió en un auténtico referente de su época fue creando y dinamizando un seminario político-literario que se celebraba todos los martes en su casa de El Cairo. De 1913 a 1933, todos los influencers de aquellas décadas debatieron y discutieron en el salón de la casa familiar de May; fruto de aquella actividad fue el inicio de una fructífera correspondencia que la autora palestina mantuvo con algunos de los personajes más importantes de la época, entre los que destacaba la luchadora por los derechos de la mujer Malak Hifni Nasif. La breve vida de Malak (murió a los 32 años durante la pandemia de la gripe española) fue intensa y fructífera. Con 18 años se convirtió en la primera mujer egipcia en obtener el título de Magisterio, aunque tuvo que abandonar prematuramente su profesión de maestra al casarse tres años después, ya que las mujeres casadas no podían ejercer el magisterio en el Egipto de la época. Por si esto fuera poco, Malak descubrió que su nuevo marido practicaba la poligamia y que ya tenía una mujer y un hijo en el oasis de Fayún. Esta situación provocó una progresiva toma de conciencia por parte de Malak, que no tardó en convertirse en una asidua colaboradora de diarios y revistas, en los que denunciaba, bajo el seudónimo de Báhiza Al-Badiya (La investigadora del Desierto) la precaria situación de las mujeres egipcias y los problemas de la ocupación británica en el país del Nilo. En esta actividad reivindicativa es donde May Ziyada y Malak Hifni Nasif se encuentran. Pese a la mirada más apegada al Islam de Malak y la orientación laica de Ziyada, ambas intelectuales coinciden a lo largo de su correspondencia en su análisis sobre la opresión que sufren las mujeres egipcias. Ambas reivindican la necesidad de introducir a la mujer en la educación (Malak creará el Sindicato por la Educación de las Mujeres), en reformar la legislación en los aspectos de la herencia y el matrimonio, y en tomar urgentes medidas para crear servicios sanitarios específicos para mujeres y niños. Es en este último aspecto donde Malak lleva su compromiso un paso más allá, al fundar una Escuela de Enfermería para mujeres en El Cairo y establecer un servicio de atención médica para urgencias en su propio domicilio. La muerte prematura de Malak en 1918 no eclipsó su influencia, ni en May Ziyada ni el emergente movimiento feminista egipcio. Así, dos años después su desaparición, May escribió La investigadora del Desierto, un ensayo sobre los escritos e ideas de la activista egipcia. Y en el año 1925 un encuentro en honor de Malak al que acudieron gobernantes, políticos e intelectuales, sirvió de altavoz a Huda As-Sha’arawi,para reivindicar las principales demandas de la recién creada Unión Feminista Egipcia: Igualdad de hombres y mujeres en la educación, Reforma de la Ley de la Familia y Obtención de los derechos políticos para las mujeres. El acto finalizó con un discurso de May en el que reivindicaba las ideas de su vieja amiga. Emilio Martín Estudillo
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AutorEquipo de Árabe al día Archivos
Diciembre 2023
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