Poeta, periodista, traductora, ensayista y gestora cultural, May Ziyada ha sido reivindicada en los últimos años como una de las figuras más importantes de la cultura árabe del siglo XX. Junto a Malak Hifni Nasif, Huda As-Sha’arawi y Nabawiyya Musa, May fue una de las precursoras del efervescente movimiento feminista árabe de principios del siglo pasado.
May, de madre siria y padre libanés, nació en Nazaret en 1886 y recibió una amplia educación primero en Palestina y posteriormente en el Líbano y Egipto, en la que destacó en el estudio de las lenguas extranjeras y la literatura. A los veinticuatro años era bilingüe en francés y árabe y dominaba el inglés, el italiano, el español, el alemán, el griego moderno y el latín. Sus conocimientos de idiomas y de la cultura asociada a los mismos la convirtieron en traductora al árabe de multitud de autores europeos, a la vez que producía su propia obra poética y ensayística. Si May brillaba por si sola en su trabajo académico o literario, donde se convirtió en un auténtico referente de su época fue creando y dinamizando un seminario político-literario que se celebraba todos los martes en su casa de El Cairo. De 1913 a 1933, todos los influencers de aquellas décadas debatieron y discutieron en el salón de la casa familiar de May; fruto de aquella actividad fue el inicio de una fructífera correspondencia que la autora palestina mantuvo con algunos de los personajes más importantes de la época, entre los que destacaba la luchadora por los derechos de la mujer Malak Hifni Nasif. La breve vida de Malak (murió a los 32 años durante la pandemia de la gripe española) fue intensa y fructífera. Con 18 años se convirtió en la primera mujer egipcia en obtener el título de Magisterio, aunque tuvo que abandonar prematuramente su profesión de maestra al casarse tres años después, ya que las mujeres casadas no podían ejercer el magisterio en el Egipto de la época. Por si esto fuera poco, Malak descubrió que su nuevo marido practicaba la poligamia y que ya tenía una mujer y un hijo en el oasis de Fayún. Esta situación provocó una progresiva toma de conciencia por parte de Malak, que no tardó en convertirse en una asidua colaboradora de diarios y revistas, en los que denunciaba, bajo el seudónimo de Báhiza Al-Badiya (La investigadora del Desierto) la precaria situación de las mujeres egipcias y los problemas de la ocupación británica en el país del Nilo. En esta actividad reivindicativa es donde May Ziyada y Malak Hifni Nasif se encuentran. Pese a la mirada más apegada al Islam de Malak y la orientación laica de Ziyada, ambas intelectuales coinciden a lo largo de su correspondencia en su análisis sobre la opresión que sufren las mujeres egipcias. Ambas reivindican la necesidad de introducir a la mujer en la educación (Malak creará el Sindicato por la Educación de las Mujeres), en reformar la legislación en los aspectos de la herencia y el matrimonio, y en tomar urgentes medidas para crear servicios sanitarios específicos para mujeres y niños. Es en este último aspecto donde Malak lleva su compromiso un paso más allá, al fundar una Escuela de Enfermería para mujeres en El Cairo y establecer un servicio de atención médica para urgencias en su propio domicilio. La muerte prematura de Malak en 1918 no eclipsó su influencia, ni en May Ziyada ni el emergente movimiento feminista egipcio. Así, dos años después su desaparición, May escribió La investigadora del Desierto, un ensayo sobre los escritos e ideas de la activista egipcia. Y en el año 1925 un encuentro en honor de Malak al que acudieron gobernantes, políticos e intelectuales, sirvió de altavoz a Huda As-Sha’arawi,para reivindicar las principales demandas de la recién creada Unión Feminista Egipcia: Igualdad de hombres y mujeres en la educación, Reforma de la Ley de la Familia y Obtención de los derechos políticos para las mujeres. El acto finalizó con un discurso de May en el que reivindicaba las ideas de su vieja amiga. Emilio Martín Estudillo
0 Comentarios
|
AutorEquipo de Árabe al día Archivos
Diciembre 2023
Categorías
Todo
|