Handala mira de espaldas todo el horror que sucede en Palestina. Es un niño de diez años al que echaron con mucha violencia de su casa, de su escuela, de su pueblo. Contempla las bombas, los falsos acuerdos, la hipocresía, la corrupción. Handala no crece, solo crecerá cuando pueda volver a su casa, con sus vecinos, su maestra, sus amigos. Naji al-Ali es Handala, él lo imaginó y dibujó y a él representa. Al-Ali fue uno de los 750000 palestinos que fueron expulsados de sus casas durante la Nakba y con 10 años fue a vivir a un campamento de refugiados en el Líbano y con esa edad dibujó a Handala. Al-Ali dibujaba a Handala en los muros, un niño de espaldas con las manos cruzadas que no podía hacer nada más que contemplar las injusticias que se sucedían una detrás de otra. Es escritor Gassan Kanafani se convirtió en un gran fan de los dibujos Handala y consiguió que los publicaran en la revista Hurria. A partir de la publicación Handala ya no sólo era un niño que contemplaba, también era un símbolo de la resistencia palestina, un recuerdo vivo de lo que había sucedido y seguía sucediendo. Las calles del Mundo Árabe se llenaron de dibujos y grafitis de este niño desarrapado y descalzo que intenta averiguar qué está sucediendo. Las críticas de al-’Ali no se paraban en las actuaciones de Israel sino que iba más allá, también Handala miraba y juzgaba la hipocresía de los dirigentes árabes. La oposición al poder a través de sus viñetas hicieron que al-’Ali temiera por su vida y emigrara a Londres donde siguió dibujando y publicando críticas. En 1987 fue asesinado en la puerta del periódico donde trabajaba. Al-’Ali murió pero Handala sigue vivo, sigue investigando perplejo cómo tantos años después la situación no ha hecho más que empeorar mientras el resto del mundo sólo mira.
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16 de mayo de 1916 - Acuerdo de Sykes-Picot En mayo de 1916 el diplomático del Reino Unido Mark Sykes y François Georges-Picot, representante de la República Francesa, firmaban un acuerdo secreto mediante el cual ambas naciones se repartían el control de los territorios de Oriente Próximo, una vez derrotado el Imperio Otomano. Pese a haber prometido a los pueblos árabes la creación de un gran reino independiente a cambio de combatir contra los turcos, este acuerdo secreto mantuvo el poder de las potencias europeas en la zona hasta mucho tiempo después. 2 de noviembre de 1917 - Declaración Balfour En el siglo XIX surge entre los judíos rusos el sionismo, una corriente política que defiende la necesidad de crear un estado étnicamente judío que pueda desarrollarse plenamente sin temor a las persecuciones religiosas. En noviembre de 1917, el ministro de Exteriores británico Lord Balfour promete en una declaración oficial que su gobierno apoyaría la creación de un Hogar Judío en Oriente Medio. A partir de ese momento, se fomentan campañas de reubicación de judíos de todo el mundo en Palestina. 15 de mayo de 1948 - Nakba y Creación del Estado de Israel La ocupación británica de Palestina unida a una presencia cada vez mayor de judíos provinientes de todo el mundo (especialmente de Europa, donde el nazismo había exterminado a millones de judíos) provocó cada vez más tensiones. La población árabe local, que protestaba contra el mandato británico y sus decisiones unilaterales, era duramente reprimida, mientras que los judíos recién asentados organizaron grupos armados clandestinos que realizaban ataques terroristas contra intereses británicos y árabes para acelerar la creación del estado de un estado judío. La Sociedad de Naciones (antigua ONU) propone un reparto del territorio del 55% para la población judía y un 44% para los árabes. La población árabe local organiza una huelga general como protesta ante esta iniciativa, mientras que los grupos armados judíos se unen para formar un único ejército que comienza a tomar posiciones con rapidez, atacando y expulsando a la población de decenas de pueblos y aldeas. Estas acciones, unidas a los enfrentamientos entre las fuerzas judías y los ejércitos de los países árabes limítrofes generan 13.000 muertos palestinos y 750.000 refugiados, la mayoría de los cuales jamás podrá retornar a sus hogares. Para los palestinos, estos hechos son conocidos como la Nakba (El Desastre). 5 de junio de 1967 - Guerra de los Seis Días Ante la preparación de un inminente ataque de Siria y Egipto, Israel lanza un ataque a gran escala con el que ocupa los Altos del Golán sirios, la península egipcia del Sinaí, la franja de Gaza y la totalidad de Cisjordania, incluyendo Jerusalén. A partir de ese momento, Israel controlará militarmente toda Palestina y demuestra ser una poderosa potencia militar dentro de la región. La Guerra de los Seís días se saldó con unas 11.700 bajas entre las fuerzas árabes y 657 en el bando israelí. 6 de junio de 1982- Guerra del Líbano Desde finales de la década de los setenta, Israel realizaba periódicamente incursiones militares en territorio libanés para neutralizar a los grupos guerrilleros palestinos. En el verano de 1982, Israel lanza una enorme ofensiva militar sobre Beirut, a la que bombardea durante dos meses. Durante el conflicto, Israel promueve y consiente la ejecución por parte de grupos libaneses de extrema derecha de 3500 refugiados palestinos de los campos de Sabra y Shatila. La guerra supuso la muerte de cerca de 30.000 árabes (palestinos, sirios y libaneses, en su mayoría civiles) y unos 700 israelíes (en su mayoría militares). Israel continuó ocupando militarmente el sur del Líbano hasta el año 2000. 8 de diciembre de 1987 -Primera Intifada El control militar de Israel sobre los territorios ocupados y la creación de colonias judías ilegales fueron haciendo crecer un enorme malestar entre los palestinos, que comenzaron a organizar numerosas protestas, muchas de las cuales acababan siendo dispersadas con fuego real por parte del ejército israelí. Estas revueltas finalizarían a principios de los noventa con la firma de los Acuerdos de Oslo. Se calcula que en la Primera Intifada murieron 3.162 palestinos y 127 israelíes. 13 de septiembre 1993 - Acuerdos de Oslo Los llamados acuerdos de Oslo fueron un intento de arreglar definitivamente la situación creada por la ocupación militar israelí de Palestina. Los acuerdos posibilitaron la creación de una Autoridad Nacional Palestina a la que Israel concede la administración de la seguridad interna de los territorios ocupados, escuelas, ayudas sociales, cultura y turismo. Sin embargo, tanto la defensa territorial (tierra, mar y aire), el control de fronteras y carreteras y la administración de las colonias judías ilegales dentro de territorio palestino seguían bajo mandato israelí. Por otro lado, los tratados de Oslo no contemplaban ni el derecho de los refugiados palestinos a retornar a sus tierras, ni el estatus de Jerusalén como capital de Palestina. 29 de septiembre de 2000- Segunda Intifada En Septiembre de 2000, Ariel Sharon, político israelí y ministro de Defensa de Israel durante la guerra del Líbano, realiza una visita a la mezquita de Al-Aqsa, uno de los lugares más importantes para la comunidad musulmana. La visita provocó protestas palestinas que fueron sofocadas con fuego real por el ejército israelí, que mató a siete manifestantes árabes. En los meses posteriores se multiplicaron los ataques suicidas por parte de palestinos de diversos grupos y se incrementaron las ejecuciones extrajudiciales por parte del ejército israelí, que también incluían castigos colectivos contra la comunidad y las familias de los palestinos acusados de terrorismo. Se calcula que en el contexto de la Segunda Intifada murieron 3368 palestinos y 1008 israelíes. 27 de diciembre de 2008- Operación Plomo Fundido En el invierno de 2008 Israel lanza una ofensiva militar contra la franja de Gaza con el objeto de debilitar al movimiento paramilitar Hamás, principal responsable de los ataques contra Israel desde el comienzo de la Segunda Intifada. La operación militar, apoyada fundamentalmente en bombardeos sobre zonas residenciales de la franja de Gaza, causó más de 1314 muertes entre los palestinos (cerca de la mitad civiles no armados) y 14 bajas israelíes. 8 de julio de 2014- Operación Margen Protector Tras el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes en circunstancias poco claras, Israel culpa a Hamás y anuncia un ataque masivo contra Gaza. El resultado fueron 50 días de bombardeos indiscriminados sobre la franja de Gaza que provocaron la muerte a 1462 civiles gazatíes (de los cuales 551 eran niños) y la destrucción de 18000 viviendas. Más de 100.000 personas se convirtieron en refugiados sin hogar. Los enfrentamientos entre Hamás y el ejército israelí causaron 6 muertes de civiles israelíes. 7 de Octubre de 2023 - Guerra Hamás- Israel El sábado 7 de octubre, en una incursión armada sin precedentes, el movimiento Hamás asesina en territorio israelí a más de 900 personas (de diversas nacionalidades) y secuestra a 120. Como respuesta, Israel inicia una respuesta militar que, según sus promotores, “abrirá las puertas del infierno”, y que en siete días ha causado 2.300 muertes y el desplazamiento de centenares de miles de civiles. Israel también ha dejado la franja de Gaza sin electricidad ni agua potable y ha bombardeado la ciudad de Rafah, la única localidad por la cual los refugiados palestinos podrían huir de la incursión militar. La incertidumbre sobre los efectos a medio y corto plazo de esta nueva operación militar que aún no se ha desencadenado totalmente, ha convocado aún más malestar y sufrimiento entre los habitantes de los Territorios Ocupados. Autor: Emilio Martín Estudillo Si hay algún país que puede presumir de tener paisajes de película, ese es Túnez. Seguro que has disfrutado de más de una producción en la que aparece un trocito de este estado del Magreb: ¿quién no ha visto Indiana Jones y el Arca Perdida, La vida de Brian o El Paciente Inglés? En todas estas películas aparecen ubicaciones tunecinas, pero hay una saga cinematográfica que no se puede entender sin estos horizontes norteafricanos: Star Wars. Frikis de La Resistencia y amantes del mundo árabe (o ambas cosas a la vez), ¡acompañadnos al Lado Tunecino de la Fuerza! Ubicado en el borde de la Galaxia e iluminado por dos fieros soles, el árido planeta Tatooine es el lugar de nacimiento de Anakin Skywalker y el lugar de residencia de Luke Skywalker. Para visitar este planeta deberás coger un coche desde Túnez capital y tras poco más de cinco horas de viaje llegarás a la capital de una provincia tunecina llamada… oh sorpresa, Tataouine. El equipo de George Lucas quedó tan impresionado por esta zona del sur Túnez que decidieron aprovechar su nombre para bautizar al planeta donde comienza la saga. Y es en la provincia de Tataouine donde nuestro viaje en pos de los escenarios de Star Wars nos conducirá a un granero fortificado conocido como Ksar Ouled Sultane. Levantado por las tribus amazigh de la región para proteger sus cosechas,este extraordinario conjunto de edificaciones fue utilizado por George Lucas para presentar el pueblo donde vive el personaje de Anakin, que trabaja como esclavo al servicio de Watto, propietario de una tienda de recambios para naves interestelares. El codicioso Watto nos solo explota como mecánico al joven Anakin, si no que le obliga a participar en peligrosas carreras de “vainas” (una especie de motos voladoras). Para contemplar el lugar donde competían estas máquinas en la película de La Amenaza Fantasma hemos de viajar al noroeste de la provincia de Tataouine, pasar a la gobernación de Tozeur y llegar a Shott el Yerid, un enorme lago salino en medio de una planicie desértica. Si bien no veremos allí carreras de artilugios voladores, quizá sí tengamos la fortuna de contemplar el vuelo de alguna bandada de miles de flamencos, ya que Shott el Yerid es uno de los escasos lugares del norte de África en el que crían estas vistosas aves. Mos Spa, otro de los pueblos del planeta Tatooine, se levantó en medio del espectacular desierto de dunas que se extiende alrededor de la montaña de Unq Yemel (literalmente “cuello de camello”). Muchas excursiones recorren estos parajes y pasan por los restos de cartón-piedra de la producción cinematográfica que continúan resistiendo el embate de las tormentas de arena. Afirman que llegar en todo terreno hasta estos decorados bajando en todoterreno desde la cima de las enormes dunas es toda una experiencia. Pero si Mos Spa fue construída desde cero por los productores de la saga galáctica, no ocurre lo mismo con Matmata, un poblado troglodita excavado en la roca por debajo del nivel del suelo. Hoy en día apenas medio centenar de familias viven en estas casas subterráneas, diseñadas por los habitantes amazigh de la región de Gabés para adaptarse a las duras condiciones climáticas de la zona. Una de estas viviendas ha sido transformada en un bello hotel, el Sidi Driss, que es a su vez el lugar donde se rodaron las escenas de la granja de la familia Lars (los padres adoptivos de Luke Skywalker) para las películas de La venganza de los Sith y El Ataque de los Clones. Otras localizaciones tunecinas de Star Wars son el barranco de Sidi Bouhlel, la fortificación de Ksar Hadad, el fabuloso cañón de Midés y el pequeño pueblo de Ajim, todas ellas situadas en emplazamientos especialmente singulares que las agencias turísticas locales incluyen en sus tours habituales. Eso sí, la galaxia tunecina de Star Wars está desperdigada por todo el país, así que si queremos pisar todos los escenarios que sirvieron de marco para los diferentes rodajes, deberemos prever varias jornadas de exploración galáctica. Autor: Emilio Martín Estudillo Seguro que has visto en los lineales de la sección de cosmética de tu supermercado más cercano toda una serie de productos, desde cremas faciales a champús, que dicen contener un producto de propiedades maravillosas: el argán. Como en otros tiempos el aloe o la yoyoba, parece que hoy en día ningún cosmético será efectivo si no contiene argán… pero ¿qué es exactamente este producto? El argán es un pequeño árbol espinoso que crece al sur de Marruecos y que produce un fruto parecido a una ciruela amarilla cuya semilla, del tamaño de una nuez, contiene uno de los aceites más caros del mundo: el aceite de argán. Durante siglos, las mujeres bereberes han recogido pacientemente las semillas de este árbol y las han prensado en frío, obteniendo un aceite que se ha utilizado tradicionalmente para multitud de usos, especialmente sanitarios y cosméticos, pero también como ingrediente indispensable de la cocina marroquí. En los años noventa del siglo pasado, la industria cosmética europea descubrió este aceite y comprobó que contenía unos niveles insospechados de antioxidantes (el doble que los del aceite de oliva, por ejemplo) y que sus propiedades incluían un listado impresionante de aplicaciones: hidratación de la piel, regenerador del cabello, fortalecedor de uñas y pestañas, antimanchas, antiestrías, iluminador, cicatrizante… Rápidamente, el precio del argán empezó a subir debido a la demanda de la industria, ansiosa de novedades y exotismo, alcanzando cifras en la actualidad de hasta 300 euros el litro. Tal fue el éxito de la introducción del producto en el mercado internacional que se empezó a denominar al aceite de argán como “el oro líquido de Marruecos” y rápidamente el gobierno del país norteafricano procedió a proteger las zonas donde crecen los arganes. Como en todo tipo de productos realizados con ingredientes naturales, cuanta más cantidad de aceite contenga el cosmético y cuanto más cuidadosa sea su forma de obtención, de mejor calidad será el aceite resultante, de ahí que los cosméticos elaborados con elevados porcentajes de argán sean especialmente caros. Hay que tener en cuenta que para conseguir un litro de aceite de argán se necesitan entre 30 y 40 kilos de semillas (para producir un litro de aceite de girasol sólo se necesitan entre 3 y 4 kilos de semillas). Pero el aceite de argán no sólo tiene propiedades cosméticas: su uso gastronómico cada vez está más valorado. El aceite virgen extra de argán posee un ligero sabor a frutos secos que lo hace muy indicado para la repostería y los platos de verduras, pollo y pescado, aunque se desaconseja para freir…¡dado su elevado precio! Nutricionalmente cuenta con una elevada dosis de vitamina E y está muy indicado para dietas cardiosaludables, debido a su abundancia de colesterol HDL, el llamado “colesterol bueno”. Aparte de las virtudes del “oro líquido de Marruecos” no está de más subrayar que el árbol del argán se está convirtiendo en una pieza clave para luchar contra los efectos del cambio climático en el norte de África: su resistencia a la sequía y la capacidad de sus raíces para evitar la erosión han propiciado la puesta en marcha un programa de cultivo a gran escala de esta especie para detener el avance del desierto. Autor: Emilio Martín Popularizada en joyas y bisutería y repetida con cientos de variantes en miles de tatuajes, la mano de Fátima es un icónico símbolo espiritual que goza en la actualidad de un indudable prestigio. Esta mano de cinco dedos simétricos ya era un poderoso amuleto para las culturas amazigh (beréberes) cuando las tropas árabes llegaron al norte de África en el siglo VIII y algunos estudios la vinculan al culto a la diosa Tánit/Astarté, adorada por todo el sur del Mediterráneo desde Sidón, en el Líbano, hasta las costas levantinas de la Península Ibérica. Los árabes no dudaron en adoptar y adaptar este carismático talismán, incluyéndolo en su tradición artística y utilizándolo tanto en la decoración de los palacios andalusíes como en las más variadas piezas de artesanía. Si bien los bereberes se referían a este símbolo como tafust, los árabes lo llamarían jamsa (literalmente cinco, en lengua árabe), el mismo nombre que utilizarían los judíos sefardíes, que también adoptaron la mano de Fátima como talismán protector. No era raro en la Edad Media, ni tampoco hoy día, encontrar numerosas representaciones de este símbolo con uno o dos ojos dibujados, ya que se consideraba un amuleto muy eficaz contra el mal de ojo. La confianza en el poder protector de la Jamsa llegó a popularizar su colocación en las puertas de entrada de las viviendas y en la actualidad aún encontramos por pueblos y ciudades de todo el Mediterráneo llamadores metálicos con forma de mano provenientes de aquella tradición. El gran misterio de la Jamsa es su relación con el nombre de Fátima. Para algunas estudiosas de la tradición musulmana, se podría referir a Fátima al-Zahra, hija del Profeta Muhammad y símbolo en el Islam de la protección maternal y de ahí su vinculación popular con el amuleto. Lo que no cabe duda es que la Mano de Fátima es uno de los símbolos que más ha trascendido en la cultura popular en este siglo XXI, y podemos encontrarlo reproducido en infinidad de productos y complementos comercializados por empresas de todo el mundo. Autor: Emilio Martín Estudillo En el Mundo Árabe es frecuente encontrar hombres y mujeres con una sarta de cuentas enrollada en una de las muñecas que van desgranando de una manera más o menos atenta. Muchas veces este objeto se encuentra colgando de los retrovisores de los coches o en un lugar preeminente de comercios y hogares. A primera vista podría parecer una pulsera un poco más larga de lo normal o incluso un amuleto, pero en realidad nos encontramos ante un accesorio de carácter religioso muy popular: la misbaha مسبحة. La misbaha muestra muchas similitudes con el rosario cristiano y con el mala utilizado por hindúes y budistas y cuenta con una función similar: llevar la cuenta de en cuántas ocasiones se repite determinada frase o palabra de contenido espiritual. Las cuentas de la misbaha pueden ser de diversa naturaleza: desde humilde plástico de colores a materiales más nobles como el marfil o la madera pulida, pasando por huesos de frutas o semillas de árboles aromáticos como el enebro. Lo que suele ser invariable es el número de abalorios que la componen: 33 piezas, aunque podríamos encontrar algunas de 99. El sentido de este número viene de un testimonio de Abu Huraira, uno de los primeros seguidores de Mahoma. Según Abu Huraira, el Profeta afirmaba que Allah cuenta con 99 nombres más el suyo propio, que es impronunciable por los seres humanos. Conocer los 99 nombres de Allah garantiza, según aquel compañero de Mahoma, la entrada en el Paraíso. Devotos musulmanes y musulmanas de todo el mundo repiten decenas de veces cada día los noventa y nueve nombres de Dios, pero uniendo espiritualidad con funcionalidad, suelen hacerlo con una misbaha de treinta y tres cuentas que son repasadas en tres ocasiones. La recitación de los nombres divinos también puede sustituirse por glorificaciones a Dios, como سُبْحَانَ ٱللَّٰهِ (Subhan Al-lah) u otras frases como ٱللَّٰهُ أَكْبَرُ (Allahu Akbar, Dios es el más grande). La repetición, oral o mental, de los nombres de Dios o frases piadosas también tiene una vertiente relajante y tranquilizadora, muy valorada popularmente. Además de su función religiosa y espiritual, la misbaha مِسْبَحَة también es una manifestación artística. Los diseños y colores de las cuentas pueden variar ampliamente y muchos artistas y artesanos han encontrado en su elaboración una forma de expresión personal y creativa. Autor: Emilio Martín Una de las primeras palabras que nos encontramos cuando empezamos a leer en árabe es “halal”. La leemos en los letreros de las carnicerías, en las etiquetas de los productos del súper, en los restaurantes e incluso en la cosmética. Halal es un término árabe que significa “lícito” o “permitido” y su presencia indica a musulmanes y musulmanas qué acciones, alimentos o actitudes son permitidas según la ley islámica. Es interesante remarcar que lo halal no es obligatorio (así, aunque sea halal beber té, si no quieres beberlo, no tienes por qué hacerlo). Uno de los aspectos en los que el término halal tiene más resonancia es en la alimentación. La alimentación halal es una seña distintiva del Islam, ya que los alimentos para los musulmanes estarán permitidos si se cumplen una serie de normas para su elaboración: así, para que un alimento sea halal no puede estar elaborado con carne de determinados animales (el ejemplo más conocido es el cerdo) y hay ciertos animales que deben ser sacrificados según una normativa muy concreta -aves de corral, vacas, carneros, etc- mientras que otros son halal por naturaleza (como el pescado y otros animales marinos). El alcance del término halal va, por otra parte, más allá de la alimentación e impregna la vestimenta, el comportamiento social e incluso las actividades financieras. Así, es halal prestar dinero para comprar un coche o una casa, pero no lo es cobrar intereses. La usura, pues, sería haram, el concepto opuesto a halal y del que hablaremos en las siguientes líneas. Haram es todo aquello que es ilícito o está prohibido por la ley islámica. Para musulmanes y musulmanas serían haram, por contradecir las enseñanzas del Islam, los actos que conlleven asesinatos, robos, falsos testimonios o la usura. También serían haram, por ser considerados impuros, determinados alimentos, el consumo de bebidas alcohólicas, el sexo fuera del matrimonio o los juegos de azar. Por otro lado, haram tiene otra acepción referida a todo aquello que es sagrado y ha de ser inviolable, como los Lugares Santos del Islam o las mezquitas. En estos entornos se espera de los practicantes musulmanes que tengan un comportamiento respetuoso (y suelen requerir para su entrada en los mismos una serie de medidas higiénicas muy concretas). Los términos haram y halal, pese a provenir de la jurisprudencia islámica, aparecen en numerosas expresiones del lenguaje popular. Es el caso, por ejemplo, de la expresión “haram alaik” utilizada comúnmente para expresar desaprobación o disgusto hacia alguien por su comportamiento o acciones. Autor: Emilio Martín Del té se podría decir que es una de las bebidas oficiales del Mundo Árabe: del océano Atlántico al Índico todos los países tienen un tipo de té que acompaña a los pueblos árabes a lo largo de sus días, ya sea verano o invierno, recibiendo a un amigo en un momento relajado o antes de comenzar una larga jornada de trabajo. La primera parada en nuestro viaje por los tés del Mundo Árabe será Marruecos. La vida social en el país norteafricano no se puede entender sin su famosísimo té con menta o “shay bin-nana’” (شاي بالنعناع). La base de esta bebida es el té verde, al que se le añade un generoso manojo de menta fresa y azúcar. Antes de ser servido, la persona que sirve el té lo escancia varias veces para mezclar bien los ingredientes, crear espuma y enfriar un poco la bebida.. Los saharauis y mauritanos elaboran el mismo tipo de té pero con menos hierbabuena y algo más amargo. Argelia también consume grandes cantidades de té con hierbabuena y un poco más hacia oriente, en Túnez, el té con menta se sirve infusionado con piñones ligeramente tostados y unas gotas de azahar. Y si el té verde es el monarca indiscutible de los países del Magreb, de Egipto hacia el Índico comienza el reinado del té negro. En el país del Nilo el té más popular es el conocido como “shay sa’idi” (شاي صعيدي), una bebida a base de té negro que se consume a todas horas y se sirve bien azucarado en vasos altos y en ocasiones con hojas de hierba limón, que le dan un toque refrescante y cítrico. En algunas zonas de Egipto se puede pedir una variante de este té mezclado con leche. También es té negro el que se bebe en Sudán y se sirve en cualquier esquina de sus ciudades (en Sudán el té es una bebida eminentemente callejera que se vende en puestos ambulantes), dulce y aromatizado con cardamomo o menta. En Palestina y Jordania el té negro se toma muy a menudo por la tarde e incluso por la noche, aromatizado con salvia o hierbabuena. En la vecina Siria se consume un té basado en una mezcla de flores y hierbas secas, entre las que se encuentran el jazmín, la rosa, la violeta y la manzanilla, entre otras; a esta infusión se le denomina “shay az-zuhurat” (شاي الزهورات). Nuestro viaje acaba en los países del Golfo, como Emiratos o Qatar, donde podremos degustar el “shay alkarak” (شاي الكرك), que nos evocará, no sin motivo, a los tés de la India. Los países árabes bañados por el Índico han mantenido durante siglos estrechos lazos culturales y comerciales con el país del Ganges y eso se nota hasta en la manera de hacer el té. Karak, en lengua hindi significa “fuerte” y el té karak, con su generosa presencia de especias (canela, cardamomo, jengibre, anís…) , no deja indiferente. Se dice que es una variante del Chai Masala indio, pero sin pimienta, y se sirve tras ser preparado a fuego lento con leche y azúcar. La cultura árabe del té es toda una experiencia para los sentidos, y nos proporciona una auténtica y aromática seña de identidad que nos puede decir mucho sobre las sociedades árabes y su manera de entender la vida social. Autor: Emilio Martín De la India a Marruecos no es raro ver mujeres y hombres con las extremidades tatuadas con intrincados dibujos de carácter temporal o bien con el cabello o la barba teñidos con un característico tono rojizo. Nos encontramos ante el uso popular y muy extendido de un tinte denominado henna, que se obtiene de los frutos desecados de la alheña (Lawsonia inermis), una planta cultivada en buena parte de África y Asia y que se ha venido utilizando en pinturas rituales desde hace milenios. El uso de la henna se ha mantenido arraigado en la tradiciones de los pueblos del mundo árabe y ha trascendido las generaciones, convirtiéndose en una parte integral de muchas celebraciones y rituales en los países árabes. Las mujeres del mundo árabe suelen aplicar la henna en ocasiones especiales, como bodas, festivales religiosos y celebraciones familiares. El diseño de la henna varía según la región y la ocasión, pero generalmente incluye intrincados patrones geométricos y florales. Cada símbolo y detalle tiene un significado especial, transmitiendo mensajes de amor, fertilidad, prosperidad y protección contra el mal de ojo. En muchos países árabes, la aplicación de la henna se considera una parte esencial de la preparación de una novia para su boda. Antes del matrimonio, la novia y sus amigas se reúnen en una ceremonia conocida como "Noche de Henna". Durante esta ocasión, las mujeres decoran las manos y los pies de la novia con diseños intrincados de este tinte vegetal que representan la belleza y la prosperidad. Además de la novia, las mujeres invitadas también pueden optar por aplicarse henna en sus manos durante la ceremonia. Además de en las bodas, la henna también se utiliza en otras festividades, como el Eid al-Fitr y el Eid al-Adha, que son importantes celebraciones del calendario musulmán. Durante estos días, las mujeres y niñas suelen decorar sus manos con diseños de henna como parte de la celebración, siendo el momento de su aplicación una oportunidad de encuentro intergeneracional entre mujeres de la familia. Además de su importancia en los eventos sociales, la henna también tiene propiedades medicinales y se considera beneficiosa para la salud, especialmente para el cabello y la piel, dadas sus propiedades antifúngicas y su capacidad para repeler insectos y parásitos. También se ha utilizado como parte del proceso de curtido del cuero y sus flores son un ingrediente habitual de la perfumería tradicional. Autor: Emilio Martín Estudillo El Mundo Árabe huele a incienso. Todo el que ha visitado un país árabe ha podido notar como el aroma del incienso y café se mezclan en un mismo olor. El incienso es una resina aromática que se ha utilizado en el Mundo Árabe durante siglos. Se produce a partir del árbol de la boswellia, que crece en el Cuerno de África y en algunas partes de Asia. El incienso está muy presente en la cultura árabe y se utiliza en varios aspectos de la vida, incluyendo la religión, la medicina, la perfumería y la hospitalidad. En muchos países árabes el incienso sirve para dar la bienvenida se quema en las casas para dar la bienvenida a los invitados. El anfitrión o la anfitriona tradicionalmente queman incienso en un quemador llamado "mabkhara" y lo mueven hacia los invitados para que puedan inhalar el aroma. El incienso es una parte importante de la religión islámica, donde se quema en mezquitas y en ceremonias religiosas. La quema de incienso se considera un acto de purificación, y se cree que el humo que se produce tiene propiedades espirituales y de limpieza En las bodas, el incienso se quema en grandes cantidades para crear un ambiente festivo y perfumado. A menudo se quema en grandes quemadores en la entrada del salón de bodas, y se cree que el aroma del incienso atrae a la buena suerte y protege a la pareja de los malos espíritus. El incienso se utiliza en la medicina tradicional árabe debido a sus propiedades curativas. Se cree que tiene efectos antiinflamatorios, analgésicos y antidepresivos. Se utiliza para tratar diversas enfermedades, como dolores de cabeza, tos, fiebre y trastornos digestivos. También es muy valorado en la perfumería árabe, y se utiliza para crear una gran variedad de perfumes y aceites esenciales. Los perfumes a base de incienso tienen un aroma intenso y duradero, y se utilizan en ocasiones especiales. En conclusión, el incienso es un elemento muy importante en la cultura árabe, y se utiliza en varios aspectos de la vida. Desde la religión y la medicina hasta la perfumería y la hospitalidad, el incienso es un símbolo de espiritualidad, curación y elegancia. Si visitas un país árabe, no dudes en probar el incienso y descubrir su aroma y valor cultural. Autor: Emilio Martín Estudillo |
AutorEquipo de Árabe al día Archivos
Diciembre 2023
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