Cuenta la leyenda que durante la ocupación portuguesa del norte de África, allá por el siglo XVI, existió una bella mujer llamada Aisha que combatió contra los soldados portugueses. Algunas versiones de la historia afirman que Aisha era de Safi, otras narraciones la ubican en El Jadida, pero todas coinciden en señalar que el valor de Aisha alentó la resistencia africana contra el invasor. Como castigo, las tropas portuguesas masacraron a la familia de Aisha y la joven enloqueció de dolor, vagando desde entonces cada por los caminos como un espíritu atormentado que asesina o hace perder la razón a los hombres que viajan solos durante la noche. Esta leyenda es solo uno de los muchos relatos que giran en torno a la terrorífica figura de Lalla Aisha, también conocida como Aisha Kandisha o Aisha Mulat el- Maryya (Aisha de los pantanos), probablemente el personaje más poderoso del mundo sobrenatural marroquí. Lalla Aísha habitualmente es representada como una bella mujer con patas de cabra o camella que siempre aparece en lugares cercanos al agua -ya sean ríos, marismas, pozos o playas- de donde parece obtener su poder. Las apariciones de Lalla Aisha son muy frecuentes y, según se cuenta, son la causa de la desaparición o enloquecimiento de muchos hombres. Para protegerse del ataque de Lalla Aísha se recomienda llevar algún objeto con filo o bien tatuarse con henna un diamante, un puñal o una figura geométrica. El terror hacia este misterioso personaje está tan extendido que las madres marroquíes nombran a Aisha Kandisha cuando los niños no quieren acabarse la cena o se niegan a irse a dormir, de la misma manera que en otros lugares del mundo se acude al Hombre del Saco o a La Llorona para aterrorizar a los más pequeños. Sin embargo, como tantos personajes de la cultura popular, Aisha Kandhisa posee una vertiente sagrada y benévola que convive en paralelo con su faceta maligna. Así, Aisha formaría parte de los yunnun (“genios”) típicos de la cultura árabe y muy presentes en la zona del Magreb, donde muchos de ellos cuentan con morabitos y otros lugares de culto y peregrinación a los que la gente acude para encontrar marido o esposa, pedir por la curación de un familiar, resolver un conflicto, etcétera. El carácter sagrado de Aisha Kandisha es puesto de relieve por sus sobrenombres: el título “Lalla” denota en Marruecos nobleza, poder y santidad. La palabra “kandhisa”, por su parte podría venir de la palabra portuguesa Condessa (condesa) o bien de la hebrea de origen cananeo “qadhesa” (santa o sagrada); algunos estudios vinculan a Lalla Aisha con la diosa Astarté - divinidad ambivalente que a la vez representaba tanto el amor y la fertilidad como la guerra y los placeres carnales- que a su vez es el origen de la diosa cartaginesa Tanit, que fue adorada en Mediterráneo occidental hasta el siglo II de nuestra era. Aisha Kandhisa, pues, con todo su poder terrorífico y sanador, bien podría ser el rescoldo popular del culto a las sofisticadas diosas de la Antigüedad, cuya fuerza y conexión con la naturaleza han pervivido hasta nuestros días sobreviviendo a la expansión de las deidades grecorromanas, el Cristianismo y el Islam. Emilio Martín Estudillo
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AutorEquipo de Árabe al día Archivos
Diciembre 2023
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