![]() Egipto. Nadeen Ashraf La noche del 1 de junio de 2020 Nadeen Ashraf dijo basta. Decidió usar las redes sociales para destapar a un veinteañero de familia rica que había asaltado sexualmente a decenas de jóvenes y niñas en el campus de la Universidad Americana de El Cairo. La posición social de los padres del acosador y las amenazas que el joven hacía llegar a sus víctimas a través del móvil le habían servido para protegerse de posibles represalias. Nadeen Ashraf, harta de ver la impunidad con la que el acosador se movía por el campus abrió una cuenta en Instagram denominada @assaultpolice para animar a las víctimas del acoso a denunciar las agresiones sufridas. En menos de un mes, noventa testimonios dieron cuenta de los delitos del veinteañero y poco tiempo después, 50 jóvenes le denunciaron a la policía, provocando una auténtica conmoción a nivel nacional. Ashraf ha conseguido decenas de miles de seguidores y está utilizando la influencia obtenida por su acción para combatir los delitos de acoso sexual contra las mujeres. Siria. Waad Al-Kateab Si bien la guerra en Siria ha generado decenas de miles de víctimas femeninas, no por ello se ha acallado la voz de las mujeres. Una de las denuncias más potentes y estremecedoras del conflicto en el país asiático es el documental “Para Sama”, de la periodista y cineasta Waad Al-Kateab . Su película recoge la vivencia de su propia familia en Alepo, durante la época más intensa del asedio al que el régimen de Basher Al-Asad y la aviación rusa sometieron a la ciudad. El film fue premiado en 2019 en el Festival de Cannes, fue nominado para los Óscar y es considerado por muchos críticos como un punto y aparte en el género documental. En la actualidad, Waad (que utiliza este nombre como pseudónimo para proteger a su familia en Siria) vive en el Reino Unido donde coordina una campaña para arrojar luz sobre los crímenes de guerra en Siria y perseguir penalmente a sus promotores. https://www.actionforsama.com/ Somalia. Ilwad Elman Ilwad Elman se ha convertido en los últimos años en una de las personalidades más influyentes del continente africano, Junto a su madre, Fartuun Adan, regresó a Somalia desde Canadá después de años de exilio para fundar un centro de atención a supervivientes de violencia sexual y de género; el centro, denominado Sister Somalia, ha ayudado a miles de mujeres que han podido recibir ayuda médica de emergencia y acceso a programas de recuperación social y psicológica. Sister Somalia es sólo uno de los muchos proyectos del Centro Elman para la Paz. Ilwad y su equipo han puesto en marcha programas pioneros para la rehabilitación de niños soldados y adultos desertores de las diferentes facciones armadas que operan en el país africano. También realizan informes periódicos de la situación de los derechos humanos en Somalia y desarrollan un programa específico para la formación de niñas adolescentes. http://elmanpeace.org/ilwad-elman/ Marruecos. Colectivo 490 La escritora Leila Slimani y la realizadora Sonia Terrab lideran el Colectivo 490-Fuera de la Ley. Este colectivo, galardonado en 2020 con el Premio Simone de Beauvoir para la Libertad de las Mujeres, ha aglutinado las reivindicaciones de miles de mujeres y hombres marroquíes que demandan la derogación de las leyes que restringen derechos básicos en el país norteafricano; así, el Colectivo 490 lanzó en 2019 una campaña de recogida de firmas y se ha reunido con diferentes autoridades políticas para despenalizar la homosexualidad y el aborto y acabar con la persecución judicial de las relaciones fuera del matrimonio. https://www.moroccanoutlaws.com/ Haifa. Rafah Anabtawi En la ciudad israelí de Haifa tiene su sede la asociación Kayan (literalmente “Existencia”), dirigida por la abogada Rafah Anabtawi. El trabajo de Kayan pretende, por un lado, empoderar a las mujeres árabes palestinas, proporcionándoles herramientas y apoyo para evitar la discriminación por cuestión de género tanto en el ámbito familiar como en el laboral. Por otro lado, Anabtawi y su equipo legal representan a mujeres palestinas en situaciones de desprotección y limitación de sus derechos. En los últimos dos años, las limitaciones impuestas por la pandemia del COVID han exarcebado la violencia contra las mujeres en todo el mundo. En Israel, las mujeres árabes que se atreven a denunciar situaciones de violencia se encuentran con una activa discriminación por parte de la policía israelí, que en muchas ocasiones delata a la mujer denunciante a su propia familia, dado que las autoridades consideran estos actos de acoso contra la mujer como “un asunto entre árabes”. En este sentido, Kayan ha forjado alianzas con organizaciones feministas tanto de Israel como de Cisjordania y Gaza para romper el silencio y la complicidad social en torno a la violencia machista. https://www.kayanfeminist.org/ Si bien la situación de los derechos de la mujer y las niñas en el mundo árabe es desoladora en muchas regiones, la lucha feminista conforma, por otro lado, un movimiento muy activo, protagonizado por un gran número de organizaciones y con múltiples estrategias de acción. Collage sobre fotos de Omar Allam, Waad al Kateab, Ilwad Elman
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De Mauritania al Yemen existe un personaje de cuento presente en todas las tradiciones árabes: Yuha. Su fama es tan grande y su historia tan larga, que muchas culturas lo han recogido en su tradición: turcos, judíos sefardíes, armenios y afganos, eslavos y nubios… en todas estas tradiciones aparece esta figura ya sea bajo el nombre de Yuha o bien con otras denominaciones como Yohá, Yauha, Goha, Anastratin Joha, Mulá Nasrudín, Nasredín, Nuh, Duyayn, Moha… y así hasta más de cuarenta variantes.
Pero ¿quién es Yuha? El personaje de Yuha es un hombre, a veces joven, otras anciano, que dependiendo del cuento donde aparece es pintado bien como un ignorante del que todos se burlan, bien como un sabio al que llegan a nombrar cadí por su agilidad impartiendo justicia. En unas narraciones aparece como un pícaro que va exclusivamente a la suya y en otras fábulas encarna a una persona ingenua y piadosa. En casi todos los casos, los relatos de Yuha cuentan con un punto de humor y presentan las numerosas contradicciones y paradojas de la vida cotidiana. Las historias de Yuha acostumbran a ser breves y encierran una pequeña enseñanza o advertencia. Muchas de las narraciones suelen comenzar con un sencillo “Un día le preguntaron a Yuha…” y finalizan con la ingeniosa (o absurda) respuesta que Yuha proporciona. En otros cuentos, Yuha vive una situación peligrosa o embarazosa (ya sea que entran ladrones a su vivienda o que le hacen una entrevista de trabajo) que se resuelve normalmente con una muestra del ingenio de nuestro protagonista. Durante décadas, muchos eruditos han investigado si la figura de Yuha retrata un personaje histórico real. La teoría más comúnmente aceptada sitúa la aparición del personaje en el Iraq del siglo VIII, bajo el reinado del segundo califa abasí Abú Ya’afar al-Mansur. Yuha habría nacido en la ciudad de Kufa y su nombre original sería Abú-l-Gusn Nuh Al-Fazari. Las peripecias reales, ficticias o aumentadas de este personaje histórico se fusionarían más tarde con otras que se narraban de un turco llamado Nasr ad-Din Juya, del que se tienen noticias a partir del siglo XIII. A lo largo de los siglos siguientes, varias recopilaciones de anécdotas del personaje van fijando su leyenda y dibujando al Yuha que protagoniza hasta el día de hoy decenas de cuentos. Consultas con tu almohada si vuelves a votar a tu alcadesa, pese a los chismes que circulan sobre ella. Disfrutas de los albaricoques, la sandía, los limones y las naranjas, aliñas con aceite las acelgas y las zanahorias, endulzas con azúcar el café y condimentas con aquella albahaca tan aromática que compras en esa tienda tan chula del barrio.
En la tienda, Azahara, la jefa, dispone los productos en las alacenas, que colocó en el tabique con tanto acierto su hermano, el albañil, aquél que vivió en Guadalajara y que hace un arroz con alcachofas para chuparse los dedos. Tampoco le sale nada mal el gazpacho y es un maestro usando el azafrán en la salsa de las albóndigas. Revisas las fotos que te hiciste en la Albufera de Valencia y aquélla del alféizar con jazmines a orillas del Guadalquivir, en Sevilla. Ojalá pudieras volver a viajar estas vacaciones. Sería lo más hacer un safari y contemplar bajo el intenso azul del cielo africano a las jirafas y las gacelas y escuchar los alaridos de los macacos y las hienas. Será una tarea complicada, pero no imposible, aunque tal y como está el alquiler y las tarifas de la luz y el gas, ahorrar se ha convertido en toda una hazaña. El texto que acabas de leer contiene más de 40 palabras provenientes del árabe. La mayoría de los arabismos en español proceden del estrecho contacto que mantuvieron las poblaciones de habla romance con los pobladores de lengua árabe de Al-Ándalus durante más de 800 años. Otras han llegado indirectamente de otros idiomas, como por ejemplo “sheriff” (que viene del árabe pero a través del inglés), o “amalgama” (que nos llega a través del francés). En español se han documentado hasta 4000 términos de origen árabe, lo que supone entre un 8 y un 10% de las palabras del castellano. Algunos de estos vocablos, muy vinculados al mundo rural o al lenguaje militar, han caído en desuso pero otros muchos están en plena vigencia y forman parte de la lengua cotidiana de millones de personas. El estallido de las restricciones por la pandemia del COVID19 hace poco más de un año y medio se tradujo en la anulación de miles de conciertos y festivales de música en todos los puntos del planeta. Grupos consagrados y artistas emergentes sufrieron la pérdida, no sólo de buena parte de sus fuentes de ingresos, si no también del contacto directo con su público, una relación fundamental en una época en la que el mercado de la música ha cambiado radicalmente, volviéndose más volátil e impersonal. Mashrou Leila, uno de los grupos referentes del pop-rock árabe de la última década tampoco ha escapado de la debacle pandémica. Tras su gira por Estados Unidos y Canadá, en septiembre y octubre de 2019, el grupo beirutí sufrió el parón generalizado del 2020, pese a haberse confirmado su paso por el festival de música electrónica Melt, en Alemania, que finalmente no se celebró por motivos de seguridad sanitaria. No sólo el coronavirus ha sido un obstáculo en el camino de Mashrou Leyla. Sus letras cargadas de crítica social y política y su posicionamiento a favor de los derechos del colectivo LGTBI han convertido a la banda libanesa en diana de grupos conservadores y fuerzas gubernamentales. En abril de 2016, el Ministerio de Interior jordano prohibió el concierto que la banda tenía programado en Amman debido a las presiones de grupos religiosos. Unos meses después, en septiembre de 2017, durante el concierto que el grupo beirutí proporcionó en El Cairo, la activista Sarah Legazi fue arrestada por ondear la bandera del arco iris. Legazi fue torturada y encarcelada durante tres meses, tras los cuales solicitó asilo político en Canadá. Otros ocho asistentes al concierto fueron detenidos esa misma noche por su orientación sexual. Durante el verano de 2019, Mashrou Leyla sufrió duros ataques en las redes sociales por parte de grupos conservadores cristianos libaneses; la banda fue acusada de herir sentimientos religiosos en las letras de sus canciones. Políticos y líderes religiosos cristianos realizaron una efectiva campaña de presión para suspender el concierto que Mashrou Leyla tenía programado en el prestigioso festival de Biblos. Finalmente, los organizadores del evento decidieron anular el concierto “para evitar un derramamiento de sangre”, dada la intensidad de las amenazas que se estaban recibiendo. Esta decisión provocó la denuncia de las organizaciones Human Right Watch y Amnistía Internacional y la protesta de numerosos artistas. Mashrou Leyla (Proyecto Nocturno, en árabe) se formó en el año 2008 y en la actualidad está formado por Hamed Sinno, Haig Papazian, Carl Gerges y Firas Abu-Fakher. Tienen en su haber cinco álbumes de estudio y un disco en directo. En los últimos meses la banda ha participado en una campaña con el objeto de recaudar fondos para las víctimas de la explosión que sacudió el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020 y que provocó más de 200 víctimas mortales, 7.000 heridos y el desplazamiento forzoso de 300.000 personas. El punto álgido de la campaña fue un concierto que la banda beirutí realizó junto al cantante libano-británico Mika. El evento, celebrado el pasado 19 de septiembre, contó también con la participación de Salma Hayek y Kylie Minogue, entre otros artistas, y logró recaudar más de 200.000 euros que fueron donados a las ONG Save The Children y Cruz Roja Libanesa. Canciones Mashroua LeilaPoeta, periodista, traductora, ensayista y gestora cultural, May Ziyada ha sido reivindicada en los últimos años como una de las figuras más importantes de la cultura árabe del siglo XX. Junto a Malak Hifni Nasif, Huda As-Sha’arawi y Nabawiyya Musa, May fue una de las precursoras del efervescente movimiento feminista árabe de principios del siglo pasado.
May, de madre siria y padre libanés, nació en Nazaret en 1886 y recibió una amplia educación primero en Palestina y posteriormente en el Líbano y Egipto, en la que destacó en el estudio de las lenguas extranjeras y la literatura. A los veinticuatro años era bilingüe en francés y árabe y dominaba el inglés, el italiano, el español, el alemán, el griego moderno y el latín. Sus conocimientos de idiomas y de la cultura asociada a los mismos la convirtieron en traductora al árabe de multitud de autores europeos, a la vez que producía su propia obra poética y ensayística. Si May brillaba por si sola en su trabajo académico o literario, donde se convirtió en un auténtico referente de su época fue creando y dinamizando un seminario político-literario que se celebraba todos los martes en su casa de El Cairo. De 1913 a 1933, todos los influencers de aquellas décadas debatieron y discutieron en el salón de la casa familiar de May; fruto de aquella actividad fue el inicio de una fructífera correspondencia que la autora palestina mantuvo con algunos de los personajes más importantes de la época, entre los que destacaba la luchadora por los derechos de la mujer Malak Hifni Nasif. La breve vida de Malak (murió a los 32 años durante la pandemia de la gripe española) fue intensa y fructífera. Con 18 años se convirtió en la primera mujer egipcia en obtener el título de Magisterio, aunque tuvo que abandonar prematuramente su profesión de maestra al casarse tres años después, ya que las mujeres casadas no podían ejercer el magisterio en el Egipto de la época. Por si esto fuera poco, Malak descubrió que su nuevo marido practicaba la poligamia y que ya tenía una mujer y un hijo en el oasis de Fayún. Esta situación provocó una progresiva toma de conciencia por parte de Malak, que no tardó en convertirse en una asidua colaboradora de diarios y revistas, en los que denunciaba, bajo el seudónimo de Báhiza Al-Badiya (La investigadora del Desierto) la precaria situación de las mujeres egipcias y los problemas de la ocupación británica en el país del Nilo. En esta actividad reivindicativa es donde May Ziyada y Malak Hifni Nasif se encuentran. Pese a la mirada más apegada al Islam de Malak y la orientación laica de Ziyada, ambas intelectuales coinciden a lo largo de su correspondencia en su análisis sobre la opresión que sufren las mujeres egipcias. Ambas reivindican la necesidad de introducir a la mujer en la educación (Malak creará el Sindicato por la Educación de las Mujeres), en reformar la legislación en los aspectos de la herencia y el matrimonio, y en tomar urgentes medidas para crear servicios sanitarios específicos para mujeres y niños. Es en este último aspecto donde Malak lleva su compromiso un paso más allá, al fundar una Escuela de Enfermería para mujeres en El Cairo y establecer un servicio de atención médica para urgencias en su propio domicilio. La muerte prematura de Malak en 1918 no eclipsó su influencia, ni en May Ziyada ni el emergente movimiento feminista egipcio. Así, dos años después su desaparición, May escribió La investigadora del Desierto, un ensayo sobre los escritos e ideas de la activista egipcia. Y en el año 1925 un encuentro en honor de Malak al que acudieron gobernantes, políticos e intelectuales, sirvió de altavoz a Huda As-Sha’arawi,para reivindicar las principales demandas de la recién creada Unión Feminista Egipcia: Igualdad de hombres y mujeres en la educación, Reforma de la Ley de la Familia y Obtención de los derechos políticos para las mujeres. El acto finalizó con un discurso de May en el que reivindicaba las ideas de su vieja amiga. El ayuno, la oración, el encuentro con la familia, el esfuerzo por vivir de una manera lo más cercana posible a Dios, marcan los días y las noches de este mes. ¿Quieres aprender comida de Ramadán?
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AutorEquipo de Árabe al día Archivos
March 2022
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